¿Simples coincidencias, movidas inevitables, o copias descaradas? Como fuere, los principales sistemas operativos para móviles comparten muchas características: .
iOS y Android parecen avanzar hacia sentidos opuestos, aunque confluyen en más de un camino.
2007 fue un año fundacional para el negocio de los smartphones. Pareciera que los teléfonos inteligentes están en nuestras manos hace muchísimo tiempo, pero fue hace 13 años cuando Apple presentó el iPhone original y Google lanzó la primera versión de Android, determinando la evolución de los celulares básicos.
Por entonces, Steve Jobs, el carismático líder de la compañía de la manzana, consideró que el sistema operativo del androide verde fue una burda copia de su proyecto. Aquella percepción quedó reflejada en los reportes de la época. En 2011, poco antes de la publicación de la famosa biografía del empresario escrita por Walter Isaacson, se supo que Jobs tuvo la férrea intención de destruir a Android.
“Gastaré mi último aliento de moribundo si es necesario, y usaré cada centavo de los 40 mil millones de dólares de Apple en el banco para corregir esto. Android es un producto robado”, aseguró el carismático CEO de la compañía de Cupertino antes de su muerte.
Por otra parte, se dice que Jobs defendió la idea de que “los buenos artistas copian y los grandes artistas roban”. Este artículo (en inglés, recomendamos leerlo) versa sobre el acrónimo NIH, siglas de “not invented here” (no inventado aquí), al que muchos popes de la tecnología se aferraron sin sonrojarse. Ahora, a casi una década del fallecimiento del cofundador de Apple, el lanzamiento de iOS 14 sorprendió a muchos por sus semejanzas con Android dando cuenta de un historial en el que es complejo decir quién copia a quién.
iOS y Android frente al espejo
Más allá del arrollador dominio de Android en términos de uso (ostenta una cuota que supera por lejos el 80% a nivel mundial), cabe notar las muchas semejanzas entre ambos sistemas operativos. Una variable más que demuestra, tal como repasamos en esta nota de TN Tecno, que el negocio móvil es un sector en gran medida monótono, que además castiga la innovación.
Como señalamos más arriba, iOS 14 adoptó algunas características tradicionales del software con el que compite. Por ejemplo los widgets, que están presentes en Android desde larga data y que el nuevo S.O. de Apple (aún circula en versión beta) incorpora en su pantalla de inicio. Algo similar ocurrió con el clásico cajón de aplicaciones del programa de Google, que ahora iOS emula con una sección denominada “App Library” que ofrece un nuevo modo de organización de la interfaz, similar a la de su competidor.
Con iOS y Android, Apple y Google protagonizan una historia de competencia, inspiración y algunos “robos”.
Google hizo lo propio, en varias ocasiones. Por ejemplo, cuando Apple lanzó en 2017 el iPhone X eliminó el hasta entonces tradicional botón de inicio e incluyó una nueva forma de navegación con deslizamientos. Más tarde, tanto Android 9 como Android 10 incorporaron una opción similar para moverse en el dispositivo. Algo similar ocurrió cuando en Android 8 se incorporaron pequeños íconos para notificaciones sin leer, elementos que ya estaban presentes en iOS hace rato. Hay más: en 2018 Android añadió la opción de hacer anotaciones en las capturas de pantalla, una función que iOS había incluido en su versión 11, un año antes.
El listado es extenso. El filtro de luz azul, útil para las horas previas al sueño, llegó a iOS en 2016 y un año más tarde Google lo sumó en su programa. Del otro lado del mostrador, Apple acaba de sumar en iOS 14 el modo “picture in picture”, que por ejemplo permite ver un video minimizado mientras se revisan otras apps, algo que ya estaba disponible en los androides desde 2017.
¿Quién roba a quién? ¿O no se trata de hurtos y esto es simplemente inspiración, la propensión inevitable a la mímesis en un mercado que confluye en sitios comunes? Como fuere, iOS y Android protagonizan una historia que, a lo largo de más de diez años, exhibe competencia y un cierto número de hurtos. Un juego con tantos vaivenes que ya resulta difícil decir cuál de los dos es el culpable. Por lo demás, la monotonía puede ser vista desde otro ángulo: ¿acaso no es beneficioso que los sistemas operativos que dominan el mercado copien lo mejor, uno de otro? A fin de cuentas, eso favorece a los usuarios de una y otra alternativa.
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